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Pregón 2021 “LOS AMANTES EN TIEMPOS REVUELTOS” Carlos Belloso Martín Profesor de la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Valladolid |
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In Dei nomine, sea a todos notorio y manifiesto que en el año en que contamos la Natividad de
Nuestro Señor Jesucristo de Dos Mil y Veintiuno, en el mes de febrero, en la ciudad de Teruel,
congregados y juntados oficiales, omes y mujeres buenos, llegados de todo el orbe, nos ha sido
autorizado dirigir unas palabras que anuncien el comienzo de las celebraciones por las
Bodas de Isabel de Segura. Con el permiso de las Autoridades de Teruel y de Aragón, de los ilustres miembros del Patronato de la Fundación Bodas de Isabel, de los organizadores, de las entidades e instituciones patrocinadoras, de los turolenses y amigos todos que vivís estos festejos con gran ilusión e intensidad. Quiero empezar agradeciendo a los promotores de las Bodas que hayan decidido mantener esta edición, tan diferente, a pesar de las dificultades que estamos viviendo, y a todos los que participan en las diferentes escenas de las Bodas, porque con su empuje y creatividad han sabido adaptarse a estos tiempos revueltos que vivimos, y por unos días nos ofrezcan un poco de esperanza, que tanto necesitamos. ¡El amor lo puede todo! Gracias por darme esta oportunidad, y permitirme escribir una página más en la prodigiosa historia de los Amantes, un honor que es especialmente emocionante al cumplirse este año la XXV edición de las Bodas de Isabel. I.- AMANTES DE LA HISTORIA Nunca pensamos que la celebración de este XXV aniversario fuese a tener que desarrollarse en un formato virtual, pero la Historia nunca se repite y siempre nos sorprende. Recordemos como era el contexto histórico en el que surgió el amor entre Diego e Isabel. Para ello nos tendríamos que trasladar a un momento donde también se vivían acontecimientos épicos irrepetibles: poco después de la batalla de Alarcos, en 1195, en la que el ejército musulmán derrotó claramente a las tropas lideradas por el rey castellano Alfonso VIII. Eran tiempos convulsos en la Península Ibérica, dividida política y culturalmente. En el norte, los reinos cristianos luchaban entre sí; en el sur, las taifas musulmanas tampoco mostraban ninguna unidad. Eran años de batallas y muertes, traiciones y compromisos, treguas y pactos mezclados con algaradas e incursiones por ambos bandos; tiempos duros en los que la vida y la muerte pendían de un hilo. Por un lado, en Al-Andalus, los almohades y, enfrente, los reinos de Castilla, Aragón y Navarra que intentaban forjar un frente común para empezar a preparar el que será el gran choque bélico peninsular medieval: la batalla de las Navas de Tolosa. En medio de este panorama encontramos a Isabel de Segura y Diego Marcilla, personajes históricos o de leyenda, que contemplaban uno de los períodos más convulsos de nuestra Historia (la Reconquista), una época repleta de batallas, de conflictos políticos, de diplomacias y argucias, pero también de amistad, de esperanza, en la que ellos pusieron el amor. II.- AMANTES DE LOS AMANTES En las ceremonias protocolarias de la Universidad los rectores portan sobre su traje académico una medalla en cuyo anverso figura un sol ardiente circuido de la leyenda en latín “(Libertas) Perfundet omina luce”, la libertad lo llena todo con su luz; algo similar a lo que sucede en las Bodas, donde el Amor ilumina todas las cosas, y se produce una extraña catarsis colectiva que invita a propios y extraños a reforzar los valores de la amistad, la lealtad, el aprendizaje, el conocimiento, la sabiduría, la creatividad, la autoestima, la iniciativa, la valentía y el amor. Siempre me he preguntado por qué cuando Juan de Ávalos esculpió su escultura para el Mausoleo de los Amantes esa tenue separación entre las manos de Isabel y Diego, por qué no dejar que por lo menos en la eternidad gozasen de ese suave roce. Es posible que nos diese una respuesta para afrontar esta pandemia, cuando en estos tiempos tan extraños no podemos ni abrazarnos ni besar a nuestros seres queridos, por miedo al contagio. Esas manos sin llegar a juntarse, ¿no serán una premonición, una enseñanza de que el amor traspasa la belleza física, el simple roce, y hay otras formas de llegar al amor, con una perfecta sintonía de los sentimientos y las emociones, que hacen más sublime nuestra existencia? Diego e Isabel pertenecían a una tierra mística y guerrera, que era humilde y brava, como también lo eran los reyes, condes, ricoshombres, caballeros, escuderos, y vasallos, siempre dispuestos a entrar en campaña en el instante que se les convocasen: “Si vis pacem, para bellum” (si quieres la paz, prepara la guerra), porque la victoria es algo que no se compra, sino que se conquista . Así se forjó un carácter, unas generaciones de turolenses y aragoneses:
“Es hombre buen luchador: La cruz y espada en sus manos; En las pausas de la guerra Con las dos cultiva el campo” . III.- AMANTES DE TERUEL Y DE LAS RECREACIONES HISTÓRICAS En mi caso, reconozco con orgullo que soy de esos muchos que hemos conocido Teruel gracias a las Bodas. De no haber sido con motivo de asistir a la Bodas de Isabel, y a los Congresos Internacionales de Fiestas y Recreaciones históricas que anualmente se organizan en octubre coincidiendo con la Partida de Diego, tengo por cierto que seguramente me habría perdido Teruel. Y allí he descubierto un paraíso de personas buenas y hospitalarias, unos monumentos espléndidos con un arte mudéjar para recordar, disfruto de su gastronomía, de su naturaleza, de los pueblos de su entorno e incluso de los dinosaurios. Llevo años estudiando y recorriendo recreaciones y fiestas históricas por España y otros países, y reconozco que las Bodas no dejan de sorprenderme, porque en ellas se encuentra un ambiente especial, único. Aquí te trasladas a la historia, a la vez que se vive un espectáculo grandioso, de gran calidad, donde desentonas si no vas vestido de época. Cada año se produce el milagro de que una pequeña ciudad sea capaz de acogernos a 90.000 turistas y triplicar su población. Por ello, me gusta repetir que las fiestas históricas que se organizan en Teruel se han convertido en el buque insignia de las recreaciones históricas en España y de otras zonas del mundo, un punto de referencia al que imitar y del que aprender. Siempre por delante, innovando, consiguiendo no se sabe cómo mantener las actividades durante todo el año, involucrando a toda una población en un proyecto común, en ese sueño que empezó siendo de una sola persona pero que ahora es compartido por todos. Cuando esta pandemia ha infligido un duro golpe a todo el turismo, al mundo del espectáculo, a muchos sectores profesionales, parece increíble que Teruel haya sido capaz de reinventarse y nos ofrezca esta versión nueva de las Bodas. En España, en el ámbito de las fiestas y recreaciones históricas, todos estarán pendientes de los resultados, y seguro que muchos siguen su ejemplo, porque no nos podrán parar. IV.- AMANTES, SIEMPRE AMANTES. Mirar al futuro nos sirve para vivir, mirar al pasado para entendernos. Antes de comenzar la carga los caballeros se encomendaban siempre al Altísimo, y cuando a la señal de las trompetas los jinetes se arrojan al galope, haciendo temblar la tierra y el cielo, se le invoca lanzando el grito de:
"Aur, aur... Desperta ferro" ("Escucha, escucha...Despierta, hierro") Así gritaban los bravos soldados almogávares antes de entablar combate, mientras hacían repicar sus armas blancas contra el suelo haciendo saltar chispas contra las piedras. Si en la Corona de Aragón la invocación a San Jorge era la más solicitada, en la tradición militar de Castilla el grito de guerra más común era ¡Santiago y cierra España! Estos gritos se convirtieron en sus señas de identidad, como ahora lo son para Teruel las Bodas de Isabel. Tenemos que conseguir disfrutar del programa de este año, de esas escenas que se han grabado con tanto mimo y esmero, porque cada uno somos protagonistas de nuestra historia. Diego peleó con bravura en las Navas de Tolosa, no solo por conseguir una victoria militar y alcanzar fama, honor y riquezas, sino que luchó por conquistar lo que él más amaba, a su querida Isabel. Cada época en la historia tiene sus luchas particulares, más o menos duras, pero siempre hay situaciones que superar y razones para vivir, y… a cada generación le toca lo suyo. En los siglos medievales se luchaba por recuperar un territorio que se había perdido; ahora nos toca luchar contra un enemigo invisible, silencioso, que nos amenaza, sin excepción. En ese contexto, de lucha por la vida que acompaña el viaje del hombre por la historia, en medio de tanto ruido y conflicto, de tanta prisa y tanta confrontación, la vida continua, y aquí en Teruel, un año más, de forma espontánea y milagrosa, el amor sigue intacto. ¡Siempre amantes! ¡Vivan las Bodas de Teruel, Vivan Diego e Isabel! Carlos Belloso Martín |