Etain - Midhir

Irlanda, Longford

Hace tiempo vivió en el país de las hadas en Irlanda un joven rey, Midhir, que residía en su palacio en Ardah, en el condado de Longford. Poseía belleza y esplendor. Vivía también en esos tiempos una a princesa de las hadas, Étain, cuya belleza y gracia hacían de ella la más bella doncella en Irlanda, a la que poetas escribían grandiosas palabras y cantaban su belleza. Midhir se enamoró de Étain obviando que él ya estaba casado con la fiera y celosa Fuamnach. Se casó con Étain y la llevó a vivir a su palacio en Ardagh. Usando su astucia la rabiosa Fuamnach tocó a Étain con su varita mágica y la transformó en una hermosa mariposa púrpura que llenó el aire de perfume y dulce música a la par que desató una tormenta que durante siete años arrastró a la mariposa de aquí para allá por la tierra de Irlanda, hasta que una ráfaga de viento hizo que esta cayese en la taza de aguamiel que la mujer del héroe Etar estaba bebiendo en ese momento.

La esposa de Etar tragó la mariposa y la magia hizo que en su útero esta se transformase hasta nacer de nuevo Étain niña mortal. El nacimiento de Étain como niña mortal se produjo más de mil años después de su primer nacimiento como princesa de las hadas. Étain – la niña mortal- creció y se hizo famosa en toda Irlanda por su belleza y se casó con Eochy, rey de Irlanda.
Mientras Etain crecía, Midhir la seguía buscando, hasta que la encontró, ya casada con Eochy. Midhir se le apareció a Etain, explicándole quién era, le pidió que abandonara a su esposo y volviera con él. Sin embargo ella rechazó la propuesta, alegando que de ningún modo abandonaría al rey para ir con un extraño. Midhir le contó la historia de su amor antiguo y de su transformación en mariposa mil años antes.
 Lentamente ella comenzó a recordar, se convenció de la verdad de sus palabras y consintió en regresar con él a su antigua morada, pero solo con la condición de que su marido, el rey Eochy, consintiese su partida.
Para poder recuperar a Etain, Midhir retó al rey a ganar varios juegos. Los primeros fueron ganados por Eochy, que solicitó premios muy valiosos como la construcción de caminos entre las ciénagas de Corlea. Pero se acordó que fuese el ganador del último juego quien ganase definitivamente y así fue como Midhir venció y solicitó como premio a Étain. 
El rey accedió pero el día en que Midhir fue a palacio a buscar a Étain el rey no le dejó entrar. Sin embargo, usando la magia Midhir apareció y ambos se convirtieron en hermosos cisnes que se marcharon volando cruzando el tejado de palacio de vuelta a Ardagh, donde entraron en la Tierra de la Eterna Juventud. El enfurecido rey buscó a Étain en vano y su ejército excavó la colina de Brí Leith cientos de veces durante nueve años hasta que Midhir logró calmar al rey permitiéndole escoger una esposa de entre varias doncellas idénticas a Étain. Una versión de la leyenda dice que Midhir engaño al rey haciéndole tomar a su propia hija por esposa y teniendo un hijo con ella. La niña, abandonada por el rey, se convertiría en la madre de algunos de los grandes héroes legendarios de Irlanda. Metafóricamente, la figura de Étain trata de representar la dualidad que hay en cada ser humano entre el cuerpo y el alma, pues ella era al mismo tiempo humana y divina. Además, la historia refleja las transformaciones que todos sufrimos en nuestra vida, en las que a pesar de las dificultades, siempre hay una parte de nosotros que brilla, que nunca se apaga.