Pregón 2012
José Luis Corral
 
UNA HISTORIA DE AMOR ETERNO

Ciudadanas y ciudadanos de Teruel, gentes de otras regiones que habéis venido a la celebración del recuerdo de las Bodas de Isabel de Segura en este mes de febrero del año 2012, aprestaos para disfrutar de la fiesta.


Hubo una época, allá por los siglos XII y XIII, de caballeros y damas, de monjes y de soldados, de comerciantes y campesinos. En ese tiempo Teruel era el extremo en la frontera entre dos mundos cada vez más antagónicos, dos culturas secularmente enfrentadas que se mostraron incapaces de entenderse y de conocerse.

En las postrimerías del siglo XII, cuando Europa veía crecer sus campos y desarrollarse sus ciudades, Teruel se convirtió en el horizonte y en la esperanza para quienes, al abrigo de su fuero, buscaban nuevas expectativas vitales y algún resquicio de libertad.
Tierra de libertad, Teruel acogió, sin preguntar ni su procedencia ni su pasado, a cuantos acudían a poblar la nueva villa, aquélla fundada, según relata una hermosa leyenda, sobre una colina señalada por un toro y una estrella en una oscura noche sin luna.
  En el origen, Teruel era una pequeña aldea poblada por campesinos musulmanes en el camino de Córdoba a Zaragoza cuya importancia no era mayor que la de otras localidades de su entorno.

Pero en 1171 la conquista cristiana lo cambió todo y se diseñó un nuevo destino. Teruel se dotó entonces de un fuero en el que aparecieron valores inéditos en la Europa feudal cristiana.
   El fuero procuró dotar a los vecinos de una cierta libertad y de un marco de igualdad en el que la justicia se impartiera en las mismas condiciones a judíos, musulmanes y cristianos, a ricos y pobres, a hombres y mujeres.

Gracias a ese fuero Teruel se convirtió en solar de acogida de irredentos, en villa protectora de emigrantes en busca de oportunidades, en tierra de honor y de justicia en la que se pretendió que la razón de la ley y del derecho se impusiera a la fuerza, a la arbitrariedad y al abuso de los poderosos.

Indica el fuero de Teruel que en la entonces villa “sólo tuvieran palacio el rey el obispo”, una cláusula introducida para que nadie alardease de su superior nivel social o económico. Y otra advierte sobre la necesidad de repartir pan para que nadie pase hambre.

El fuero incide en la regulación de numerosos aspectos de la vida cotidiana para garantizar la armonía de sus gentes, el buen gobierno del mercado y la salvaguarda de los derechos de sus pobladores. Y parece evidente que en días de alegría desbocada como éstos, algunas cosas de aquel fuero debemos recordar.

En el fuero se recomienda a los comerciantes que “en días de feria no conviene fiar”. En estos momentos de crisis es preceptivo que cada uno pague sus deudas en los puestos del mercado y abone las consumiciones en bares y mesones, pero sería aconsejable que quien disponga de más recursos pecuniarios sea solidario e invite a los que menos tienen para que todos participen en las alegrías que la comida y la bebida, siempre con la oportuna moderación, añaden a las celebraciones. Así, además del pan, será posible disfrutar del suculento jamón de Teruel, y los excelentes vinos y las sabrosas cervezas de Aragón.

En el fuero se establecen las condiciones para un duelo equilibrado entre los querellantes en caso de pleito mediante la regulación del tipo de armas y su uso. Por fortuna, en estos tiempos no es habitual litigar con espadas, puñales, lanzas, porras o estacas. Así, en caso de algún desencuentro, desvarío o encontronazo entre personas, es conveniente utilizar la palabra, aplicar el sosiego y convenir en el acuerdo para solventar cualquier pendencia y evitar las peleas para así contribuir a que la fiesta se desarrolle en la paz y la armonía deseadas.

En el fuero se distribuyen los días de la semana en los que judíos, musulmanes y cristianos, hombres y mujeres, pueden acudir al baño público, pues es oportuno mantener el cuerpo limpio y sano. Ocho siglos después sigue siendo importante que los partícipes en la fiesta lo hagan con el cuerpo aseado y el vestido adecentado, a fin de evitar los malos olores o incluso otros mayores males que la suciedad suele acarrear.

En el fuero se condena a quienes arrojen a la vía pública aguas sucias o cualquier otra sustancia inmunda a pagar una multa de diez sueldos y a resarcir el daño causado. Es ésta una muy buena advertencia para que en estos días de alegría desbordada cuidemos las calles y las plazas y las mantengamos con la higiene que una ciudad culta y moderna requiere.

En estos días, Teruel recuerda su pasado y conmemora que es lo que es por lo que ha sido, y que los seres humanos podemos ser mejores si conocemos y respetamos de dónde venimos.

La ciudad luce en su perfil recortado en su límpido cielo azul el mestizaje de culturas, religiones y civilizaciones que han dejado una huella tan brillante y magnífica como sorprendente y evocadora: el mudéjar, ese arte que nos recuerda una época en la que en Teruel fue posible que un alarife musulmán fuera contratado para construir un templo cristiano, en un tiempo en el que se creó un universo de sensaciones estéticas y recursos artísticos que hoy nos siguen asombrando.

En estos días de festejos celebramos el recuerdo de las Bodas de Isabel de Segura. Cuando parecía que los mitos estaban condenados a ser poco menos que un recuerdo olvidado en viejos libros arrinconados en las bibliotecas, resulta que los contemporáneos necesitamos recuperar las antiguas ensoñaciones, las eternas fábulas y las más hermosas leyendas, porque, aunque las creíamos superadas, en nuestras conciencias siguen presentes los mismos miedos, los mismos deseos, las mismas pasiones y las mismas esperanzas de siempre.

En estos días recordamos el episodio legendario, o quien sabe si real, de los amantes Isabel de Segura y Diego de Marcilla, una historia que nos traslada a un tiempo mágico y nos relata un episodio conmovedor.

Se trata de una historia de amor eterno, de dos enamorados víctimas de un destino frío y cruel en el que sus pasiones y sus anhelos chocan con una fortuna esquiva y despiadada. Isabel y Diego viven su amor inmersos en una sociedad que no admite que se rompan los moldes de un modelo rígido y estereotipado.

Diego e Isabel no pudieron culminar su legendaria pasión en esta vida, pero la ternura y el amor del uno por el otro han quedado grabados para siempre en las estrellas que titilan sobre los cielos de las nítidas noches de Teruel y en el corazón y la memoria de los turolenses, que siglos después siguen recordando el amor imposible y eterno de los amantes.

Turolenses, en estos días de fiesta y de alegría amaos mucho, fortaleced vuestros lazos de amistad, disfrutad de las calles y plazas abiertas, participad en el jolgorio saludable, respetad a vuestros convecinos, acoged a los visitantes como si fueran vuestros hermanos, demostrad que las gentes de Teruel sois amistosas con el foráneo, benéficas con el débil, acogedoras con el diferente, afables con el apesadumbrado, cordiales con el afligido, corteses con el desconsiderado y atentos con el necesitado.

Turolenses, afrontad el futuro sin miedo y negaos al desfallecimiento, pero no olvidéis vuestra historia, recordadla vosotros y contad a quienes os visiten que ésta es tierra de libertades, de acogida, de honor y de futuro.

Turolenses, sed felices y dichosos y haced felices y dichosos a quienes os visitan estos días; recordad que sois herederos de una historia y unas tradiciones que merece la pena no olvidar.

Y en estos días gozosos disfrutad de la hermosa fiesta que recuerda las Bodas de Isabel de Segura, participad en las actividades en la calle y vestíos al estilo de la época, disfrutad de la compañía de familiares y amigos y mostrad a quienes os visitan que sois depositarios de una herencia formidable.
Turolenses, visitantes que en estos días también lo sois, yo os invito a vivir con la máxima intensidad y la mayor de las alegrías estas Bodas de Isabel de Segura del año 2012, y grito con vosotros:

¡VIVA EL AMOR, VIVA LOS AMANTES, VIVA TERUEL!

(c) José Luis Corral, 17-2-2012

 



 
   
 


 

José Luis Corral Lafuente
Pregonero de Las Bodas de Isabel de Segura año 2012


José Luis corral cierra el ciclo de 'Las tres culturas'
junto con Abraham Haim, representante de la cultura judío-sefardí y Raja Bahri, musulmana.


José Luis Corral está considerado como el maestro de la novela histórica española contemporánea. Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, prolífico y polifacético abarca un sinfín de actividades como historiador, escritor, arqueólogo...
 
Colabora habitualmente con 'National Geographic', 'Historia Clío', 'La aventura de la historia' y otras publicaciones así como los principales periódicos de ámbito nacional.

Entre sus novelas históricas cabe destacar: El salón dorado (1996), El amuleto de bronce. La epopeya de Gengis Kan (1998), El invierno de la Corona. Pedro el Ceremonioso (1999), El Cid (2000, Trafalgar (2001), Numancia (2003), El número de Dios (2004), ¡Independencia! (2005), El caballero del Templo (2006), El rey felón (2009), El amor y la muerte (2010), La prisionera de Roma (2011).

Novelas de intriga: Fulcanelli. El dueño del secreto (2008), Fátima. El enigma de las apariciones (2009), El espejo griego (2009), El códice del peregrino (2012).

Y los relatos para niños y jóvenes: El corazón rojo (1998) y Los tres amigos (2009).

Además de diversos relatos y cuentos en varias antologías y del libro compilatorio de sus artículos de prensa Donde dije… (1998-2003), (2004).

También es autor de numerosos libros y artículos de investigación histórica entre los que destacan: La formación territorial de Aragón (1985), La cultura islámica en Aragón (1986), Zaragoza musulmana (1998), Historia contada de Aragón (2000), Mitos y leyendas de Aragón (2002), Historia universal de la pena de muerte (2005), Breve Historia de la Orden del Temple (2006), Una historia de España (2008), Qué fue la Corona de Aragón? (dtor.) (2010) o Robos y desapariciones de grandes obras de arte en la historia (2011).

Otras actividades:

Fundador y presidente de la Asociación Aragonesa de Escritores.
Premio Nacional de Urbanismo del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo en 1989.

Medalla de Plata en el XXXIV Festival Internacional de Vídeo y TV de Nueva York, como director histórico de la serie Historia de Aragón en vídeo en 1992.
Director y coordinador científico del Centro de Historia de Zaragoza, 2002-2003.
Director y coordinador científico del Centro de Interpretación de la Frontera del Castillo de Peracense (Teruel), 2000-2001.
Director y coordinador Centro de la historia de la Orden del Temple, Monzón (Huesca), 2003-2004.
Asesor histórico de la película 1492. La conquista del Paraíso, dirigida por Ridley Scott, 1992.
Director histórico y guionista de la Historia de Aragón en vídeo, realizada por ASIMSA para Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1991.
Asesor histórico del Plan General para la Reforma Urbanística de Daroca, 1991-1992.
Asesor histórico de la serie El camino del Cid para TVE, 2007-2008.
Asesor histórico de la Corporación Radio y Televisión de Aragón, desde 2008.
Presidente de la Fundación privada “Castillo de Trasmoz”, desde 2006.
Miembro del Comité Científico del Bicentenario de Los Sitios de Zaragoza, 2007-2008.

Teléfono de contacto: 649257734