Año 2011
Quince años son muchos, más que suficientes para que Las Bodas de Isabel de Segura hayan pasado a formar parte natural de la vida turolense, como si siempre hubieran estado allí. No se concibe un mes de febrero sin esta fiesta y sus preparativos tras las fiestas de Navidad. Un periodo antaño triste y “muerto”, que ahora tanto ilusionan a grandes y chicos: los trajes, las actuaciones, los invitados, la intendencia de la haima....


Isabel y diego 2011

¿Crisis? ¿Recortes presupuestarios? Pues no se notó. La Fundación recurrió a preparar un mayor repertorio de actividades con actores aficionados autóctonos y limitó las contrataciones. Vinieron como anillo al dedo las aproximadamente 40 personas de más que se presentaron al “casting” con respecto a las ediciones anteriores, pues hubo papeles para todos. Y para completar este objetivo, la organización hizo especial incidencia en los cursos de formación previos, muy musicales, con canciones y escenas de nueva creación. Siempre hay pequeñas innovaciones en Las Bodas; innovar es mejorar, madurar, aumentar la calidad.

La “escena del balcón”, uno de los momentos cumbre de la escenificación de la tragedia de Los Amantes de Teruel, cuando Isabel niega a Diego un beso, queda definitivamente adscrita a la plaza del Torico, al bello edificio modernista de Caja Rural, entidad que patrocina la fiesta junto al Ayuntamiento y CEOE-Teruel.

El campamento que se levanta junto a la estación de ferrocarril, también ha pasado a ser una parte importante e inseparable de Las Bodas; para muchos recreacionistas de múltiples procedencias es una cita anual ineludible donde calmar sus ardores guerreros. Grupos enteros con sus enseñas y estandartes, cientos de personas, ofrecen un espectáculo único con el entrechocar de sus espadas y el brillo de yelmos y corazas, tanto en reyertas y desafíos singulares, como en la multitudinaria batalla que se desarrolla en el paraje denominado Cofiero.

El sábado, desde que se inició nuestra quinceañera fiesta, es el principal día, el de mayor público, el de más animación. Pero, poco a poco, el domingo crece en protagonismo; cada vez más gente elige esta jornada para pasar un día en Teruel, y emocionarse con la “escena del beso”.

Y, por segundo año, una mención muy especial merece el mantenedor, esta vez mantenedora, Raja Bahri. Tres religiones, tres civilizaciones, tituló su pregón. Las tres convivían en ese Teruel del siglo XIII, las tres se alternarán en la figura del mantenedor, merced a un ciclo iniciado en 2010 por el israelí Abraham Haim –también presente en la edición de este año-, judío sefardí; le ha seguido Bahri, musulmana, tunecina, y el próximo año cerrará el círculo un representante del mundo cristiano.