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La gran fiesta medieval y
el propio Teruel recuperaron para la celebración de 2008 su escenario
histórico completo. El Torico que preside la plaza del mismo nombre,
espléndida tras una profunda restauración, de nuevo fue testigo de la
tragedia de Isabel de Segura y de Juan de Marcilla, del toro nupcial,
del tiro de soga, de las pequeñas historias cotidianas de aquel siglo
XIII, del incesar paso de millares de personas llegadas de todas las
partes, que durante un inolvidable fin de semana dan un salto de casi
nueve siglos en el tiempo.
Una organización
estable, una fórmula probada, un resultado de éxito. Ya no hay necesidad
de cambios notorios en la estructura de la fiesta, pero se pulen y
mejoran múltiples detalles, grandes y chicos, con los que dada edición
supera en calidad la anterior, y siempre dejando un margen a la magia y
la sorpresa para quien repite se participación en la fiesta una y otra
vez.
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En 2008, para
los ensayos hubo un cómodo y céntrico edificio, el antiguo Banco
de España. Diego de Marcilla (Manuel Fernández), el Amante, se
presentó ataviado como caballero de las huestes del Rey de
Aragón. Su amada Isabel (Salomé Abril), con vestimenta de
inspiración andalusí. Habló del amor en el pregón un artista de
gran sensibilidad, de nuestra tierra: David Civera. La
proliferación de grupos hizo nacer un nuevo espacio, un
auténtico campamento de jaimas, en la ronda de Ambeles. La zona
de la Estación se consolida como lugar de encuentro entre grupos
de caballeros y de guerreros llegados allende de nuestra
fronteras, que tanto y tan bien enriquecen la celebración. El
torneo, o La Crida de los Adalides, se muestra como un
espectáculo único en su género. Todo fue a más, todo fue mejor.
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La Fundación Bodas de Isabel va más allá de la organización de la
fiesta, y asumió otros papeles vitales para la salud cultural de la
ciudad. Organizó la inauguración de la remozada plaza del Torico, en
diciembre de 2007, y hará en el futuro la Muestra Internacional de
Folklore, en septiembre, otro de los grades acontecimientos anuales de
Teruel que no hay que perderse. |
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