Fundación Bodas de Isabel
Año 2004

CADA AÑO MÁS LEJOS Y MÁS CERCA

El año 2004 trajo notables novedades a la fiesta medieval de Teruel.

Para empezar, el primer Torneo en la plaza de toros; los caballos -y sus caballeros- que desde la primera edición han sido pieza inseparable de Las Bodas, tuvieron el protagonismo en un elaborado espectáculo ecuestre que deleitó al público que llenaba el recinto.
Con esta actividad, que esperamos tenga continuidad año tras año, por un lado el programa llega al barrio del Ensanche y no se limita al centro histórico; por otro fue de mano de la cadena Supermercados Sabeco, primer gran patrocinador privado que apuesta por la fiesta.
Que los grupos organizados hayan crecido en número (ya son más de 40) no es noticia, pero sí la proliferación de haimas en varias placetas y el paseo del Ovalo. Ya no basta con tener un bar o una cochera donde quedar, la sede tiene que estar en la calle -aunque sea un mes invernal-, lo mismo en julio con la Vaquilla, nuestra fiesta mayor.

Uno de los factores que ha aupado la fiesta al más alto nivel radica en que es un magnífico escaparate de la ciudad de Teruel de cara al exterior; valencianos, zaragozanos, catalanes, madrileños y personas de otras regiones hace años que valoran y conocen esta celebración. Pues bien, la octava edición se caracterizó por la “internacionalización” del evento. Estuvo con nosotros Judith Cohen, canadiense y reconocida erudita en estudios sefardíes, la profesora estadounidense Grace Polgar con un grupo de 18 estudiantes de la universidad de Dinkinson, la fotógrafa de Los Ángeles Lori Needleman, también un grupo de especialistas en medievalismo procedentes de toda la geografía nacional... El revolucionario proyecto de Las Bodas de Isabel de Segura es visto con interés y curiosidad más allá de nuestras fronteras.

Como de costumbre, todo fue a más: un mercado medieval sin igual, los hoteles de muchos kilómetros a la redonda estuvieron copados, el tiempo fue benigno, y tanto turolenses como forasteros despidieron Las Bodas con el consuelo de que sólo falta un año para que se celebren otra vez

Judith Cohen
   
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