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LOS SANTOS M�RTIRES Y LOS AMANTES
Gregorio A. Gomez

  Existe una tradici�n entre el pueblo turolense que guarda estrecha relaci�n con los sucesos de los Amantes y que pocos historiadores han utilizado. No obstante, el hecho de haber perdurado en la memoria del pueblo es aval suficiente para que sea incorporada al relato de la tragedia de Isabel y Diego.

  "En la ma�ana en que apareci� el cuerpo de Juan Diego, muerto en extra�as circunstancias seg�n algunos, se forjaron muchas hip�tesis sobre la verdadera causa de su muerte. Esta fue desvelada m�s tarde por el marido, D. Pedro Fern�ndez de Azagra, cuando ante los cad�veres de los enamorados refiri� lo que aconteciera aquella noche fat�dica. Por la Plaza Mayor corr�an diferentes versiones que levantaron la indignaci�n entre los amigos y partidarios de Los Marcilla. El Justicia y las autoridades locales, temiendo un levantamiento popular, corrieron en auxilio de los padres franciscanos Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato, que recien llegados a Teruel, enviados por Francisco de Asis, prestaban servicios humanitarios en el Hospital de San L�zaro, para que se llegaran a las Casas de la Villa y desde su balc�n calmaran el �nimo soliviantado de los que clamaban a gritos justicia. No se sabe a ciencia cierta que palabras les dijo el presb�tero Juan, pero lo cierto es que se calmaron y apaciguaron los levantiscos".

  Este hecho singular pas� desapercibido para la historiograf�a oficial y �nicamente es recogido por algunos autores turolenses en sus relatos. Es bien sabido por los investigadores que cuando los documentos faltan hay que recurrir a la tradicci�n popular, la cual , tanto en prosa como en verso, ha transmitido estos hechos de generaci�n en generaci�n.

  Cosme Blasco, en su Historia de Teruel de 1870, en la que recoge datos suministrados por Madoz, Gabarda y cuantos estudiaron el medievo turolense, nos dice en su p�gina 59 que "estos santos m�rtires (Juan y Pedro) fueron admitidos en Teruel a principios del a�o 1217", a�o en el que ocurrieron los sucesos de los Amantes; y en su p�gina 50 relata que "en la antigua casa del ayuntamiento, desde cuyo balconaje dirigieron la palabra al pueblo teruelano... con el fin de calmar los �nimos, pues a consecuencia de la tr�gica muerte de Juan Diego, del dolor y la l�stima se pasaron a las circunstancias de la ira..."

  Este hecho no podr�a ser admitido si, como sostienen algunos, los Santos M�rtires hubieran llegado a Teruel en 1220. No obstante, yo me inclino por la hip�tesis de Madoz, quien data la llegada de estos para la primera quincena de 1217, habi�ndo salido de Italia en la Navidad de 1216 enviados por el santo de Asis. Se apoya la misma en el hecho cierto que la primera arribada de franciscanos a la pen�nsula ib�rica, es a tierra de cristianos, por expreso deseo de San Francisco. M�s tarde en 1220 se cuenta de un segundo env�o de estos freires a tierra de moros. El Teruel de 1217 no puede considerarse tierra de moros, pues por aquellas fechas contaba con una organizaci�n clerical establecida; exist�an nueve parroquias y un sistema de diezmos y primicias bien configurado, como se puede ver cuando los Templarios se hacen cargo de las pertenencias de los Redentoristas, ofrecen seguir pagando las correspondientes al clero capitular de Teruel. Item m�s, en a�os anteriores se hab�an conquistado muchas tierras a los musulmanes: 1191 la batalla de Monteagudo, 1198 toma de Viar, 1203 conquista de Rubielos de Mora, 1211 cayeron Ademuz y Castiel Fabib, y a poco de los sucesos de los Amantes se tom� a Buey Negro. Por lo tanto es claro que en aquellos a�os no podemos considerar a Teruel tierra de moros.

  Adem�s en 1220 los M�rtires asisten a un cap�tulo en Zaragoza, y ello supone que ya ten�an establecido un convento en Teruel, y para llegar a eso es necesario que pase alg�n tiempo. Cuando llegan se establecen en el Hospital de San L�zaro, en la actual Plaza de San Juan, luego se les aloja en una casa particular ubicada en lo que hoy llamamos la calle de los M�rtires, y despu�s se decide entregarles la ermita de San Bartolom�, donde construyen sendas celdas, una a cada lado, abren un huerto y hacen el famoso pozo de los M�rtires. En Teruel permanecieron diez a�os para luego marchar a Valencia a tomar martirio.

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Web oficial de la Fundaci�n  'Bodas de Isabel de Segura'. Idea y  direcci�n Raquel Esteban - Teruel
Prohibida la reproducci�n total o parcial sin autorizaci�n expresa.
 

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